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ESA: BepiColombo fotografía la Tierra por última vez en su camino a Mercurio

ESA: BepiColombo fotografía la Tierra por última vez en su camino a Mercurio.
Secuencia de imágenes de la Tierra tomadas por las cámaras selfie MCAM a bordo de la nave BepiColombo durante la misión europeo-japonesa a Mercurio.
Estas fotografías fueron tomadas a medida en que BepiColombo se acercaba a la Tierra antes de su maniobra de sobrevuelo de asistencia por gravedad, este mes de abril de 2020.
Las secuencia está formada por imágenes tomadas a intervalos de 10 minutos, desde las 11:25 UTC hasta las 21:04 UTC de ayer 9 de abril de 2020. 
La nave espacial BepiColombo se acercó al planeta a una velocidad superior a los 100.000 km / h, la distancia a la Tierra disminuyó de 281.940 km a 128.000 km durante el momento de captura de la secuencia.
Esta maniobra es la primera de un total de nueve sobrevuelos, sólo uno de ellos sobre la Tierra, y ayudó a dirigir la nave hacia Venus. Gradualmente se acercará a su órbita objetivo alrededor de Mercurio. 
Durante su crucero de siete años al planeta más pequeño y más interno del Sistema Solar, BepiColombo utilizará dos veces la gravedad de Venus y seis veces la de Mercurio para romper la fuerza gravitacional del Sol. 
©ESA / BepiColombo / MTM.

Viernes , 10 abril 2020

  • La misión BepiColombo de la ESA/JAXA ha completado su primer sobrevuelo hoy, 10​ de abril, cuando a las 06:25​ CEST la nave llegó a situarse a menos de 12.700​ km de la superficie terrestre antes de desviar su trayectoria hacia su destino final, Mercurio.​
  • Las imágenes capturadas justo antes de acercamiento máximo muestran nuestro planeta brillando en medio de la oscuridad durante uno de los momentos más duros y complicados de nuestra historia reciente.

Lanzada en 2018 (ESA), la misión BepiColombo pasará siete años viajando hasta Mercurio, el más pequeño e interior de los planetas que giran alrededor del Sol donde se esconden importantes secretos sobre la formación y la evolución del sistema solar.

La operación de hoy es la primera de nueve maniobras que, junto con el sistema de propulsión solar de la nave, ayudarán a que alcance su órbita final alrededor de Mercurio.

Tras el realizado hoy sobre la Tierra, los dos siguientes sobrevuelos tendrán lugar en Venus, y los seis restantes de la misión en Mercurio.

Aunque durante la maniobra se aprovechó de la gravedad terrestre para ajustar la trayectoria de la nave, no siendo necesarias otras operaciones activas como el encendido de los propulsores, incluyó 34​ minutos críticos poco tiempo después del máximo acercamiento de BepiColombo a nuestro planeta, cuando la misión atravesaba la sombra de la Tierra.

“Esa fase de eclipse ha sido la parte más delicada del sobrevuelo, ya que era la primera vez desde el lanzamiento que la nave no recibía luz solar directa al pasar tras la sombra de nuestro planeta”, explica Elsa Montagnon, responsable de operaciones de la nave BepiColombo para la ESA.

Como preparación para este eclipse previsto, los operadores de la misión cargaron al máximo las baterías de la nave y calentaron todos sus componentes con antelación, para luego monitorizar la temperatura de todos los sistemas a bordo durante el periodo de oscuridad (entre las 07:01 y las 07:35​ CEST).

“Es muy estresante cada vez que piensas que los paneles solares de una nave no están recibiendo luz. Pero cuando vimos que las células solares volvían a generar corriente eléctrica, supimos que BepiColombo había salido de la sombra de la Tierra y estaba lista para continuar con su viaje interplanetario”, añade Elsa Montagnon.

Las operaciones espaciales nunca son algo rutinario en el centro de control de misiones de la ESA en Darmstadt (Alemania), pero el sobrevuelo de hoy era especialmente complejo. La maniobra, programada con mucha antelación e imposible de aplazar, tuvo que prepararse con un número limitado de personas sobre el terreno y aplicando las medidas de distancia social adoptadas por la Agencia en respuesta a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. A pesar de ello, las restricciones no tuvieron impacto alguno en el éxito de la operación.

Mientras BepiColombo rodeaba nuestro planeta, se encendieron casi todos los instrumentos científicos del Orbitador Planetario a Mercurio de la ESA, uno de los dos módulos científicos que conforman la misión. También se activaron distintos sensores del segundo componente de la misma, el Orbitador Magnetosférico para Mercurio de la JAXA, conocido como Mio.​

Los científicos usarán los datos recopilados durante el sobrevuelo, incluyendo imágenes de la Luna y mediciones del campo magnético terrestre, para calibrar los instrumentos que a partir de 2026 estudiarán Mercurio para resolver el misterio de su formación.

“El día de hoy, lógicamente, ha sido muy distinto a como habíamos imaginado hace tan solo un par de meses”, reconoce Johannes Benkhoff, científico del proyecto BepiColombo de la ESA, que ha seguido la operación desde su casa en los Países Bajos junto al personal de los dieciséis instrumentos que comprende la misión, diseminados por toda Europa y Japón.

“Estamos muy contentos de que el sobrevuelo saliera bien y de haber podido utilizar varios de los instrumentos científicos, estamos deseando recibir y analizar los datos. Esto también nos servirá para preparar la siguiente maniobra gravitatoria cuando BepiColombo sobrevuele Venus en octubre”.

“Hay un gran interés por la misión BepiColombo en Japón. Así, tras el éxito de este sobrevuelo estamos deseando poder seguir haciendo ciencia en Venus y Mercurio”, apunta Go Murakami, científico del proyecto BepiColombo de la JAXA.

Nuestro hogar desde el espacio

El 9​ de abril, antes del sobrevuelo, y otra vez hoy, justo antes del máximo acercamiento, las cámaras de monitorización de BepiColombo tomaron una serie de imágenes de la Tierra desde el espacio, fotografiando nuestro planeta en estos tiempos difíciles tanto en Europa como en el resto del mundo.

“Estos selfies desde el espacio son una lección de humildad, pues muestran nuestro planeta, el hogar que todos compartimos, en uno de los periodos más inciertos y preocupantes que hemos vivido muchos de nosotros”, apunta Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA, que también ha seguido la operación de forma remota desde su casa en España.​

“Somos científicos que lanzamos naves para que exploren nuestro sistema solar y observen el universo en busca de nuestros orígenes cósmicos, pero antes de nada somos humanos, cuidamos los unos de los otros y nos enfrentamos juntos a una emergencia planetaria. Contemplar estas imágenes me recuerda la fortaleza y la resiliencia de la humanidad, así como los desafíos que podemos superar cuando estamos unidos. Deseo que inspiren esa misma esperanza en el futuro a todas las personas que las vean”.

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