Por Kevin Gonzalez y Logan Rice
«La tripulación del Apollo 13 quiere expresar su más sincero agradecimiento por construir la nave espacial más sobresaliente a todo el equipo de ingeniería y fabricación de Grumman.
El Aquarius se comportó más allá de sus expectativas al proporcionar nuestro único medio para regresar a casa. Nuestro mayor elogio por los continuos esfuerzos de todos los empleados de Grumman por el LM-7″.
– Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise, tripulación del Apollo 13.
Northrop Grumman ha sido líder en el sector espacial durante más de 60 años, desde misiones que apoyan el descubrimiento de la humanidad hasta programas espaciales militares críticos. Lo que algunos pueden desconocer es cómo la compañía se asoció con la NASA y otros contratistas para ayudar al comandante de la Misión Apollo 13, Jim Lovell, al piloto del Lunar Module Fred Haise, y al piloto del Command Module Jack Swigert a regresar de vuelta a casa de forma segura.
Hace cincuenta años, el 17 de abril de 1970, el Command Module del Apollo 13 con su tripulación regresaron a la Tierra, posándose sobre el Océano Pacífico mientras más de 40 millones de estadounidenses sintonizaban la televisión.
Los ingenieros de Grumman Aerospace diseñaron y fabricaron los Módulos lunares del Programa Apollo en Bethpage (New York) con el ensamblaje final, los test y el lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy (Florida). Los ingenieros de TRW fabricaron el motor de descenso del Aquarius y programaron la guía del sistema de frustración del Lunar Module en Redondo Beach (California). Estos ingenieros de Grumman y TRW, compañías hoy de Northrop Grumman, fueron fundamentales para permitir la operación de rescate hace medio siglo.
Al igual que sus predecesores en misiones anteriores del Apollo, la nave espacial Apollo 13 constaba de varios módulos conectados: el Módulo de Comando y Servicio (CSM, Command and Service Module) Odyssey, y el Módulo Lunar (LM, Lunar Module) Aquarius.
Esta nave espacial única fue diseñada para separarse del CSM y descender a la superficie de la luna, además de servir como campamento base durante la exploración de las Tierras Altas Lunares de Fra Mauro.
La tarea final de la misión del Aquarius sería lanzar a los astronautas desde la superficie de la luna para su regreso a la Tierra, utilizando para ello la etapa de ascenso al CSM dónde, una vez acoplada y con la tripulación de vuelta a bordo, sería liberada a la atmósfera. Antes de que el Command Module hiciera su descenso final a la tierra, el Módulo de Servicio también sería soltado para acabar abrasado en la atmósfera.
La misión iba según lo planeado hasta que hubo una explosión a bordo del CSM a las 56 horas. Esta inesperada y extremadamente peligrosa situación afectó de forma crítica al suministro de energía y oxígeno del módulo, lo que llevó a la NASA a abortar el aterrizaje lunar y concentrarse únicamente en traer de vuelta a casa a la tripulación.
Debido a que los elementos críticos a bordo de la nave espacial fueron construidos por los ingenieros de TRW y Grumman, muchos de ellos fueron avisados con urgencia para ayudar a resolver los problemas generados a raíz de la explosión. Parte del equipo de TRW viajó de inmediato a la NASA en Houston (Texas) y a las oficinas de Grumman en Bethpage (New York), mientras otros trabajaron desde el hoy campus Northrop Grumman Space Park, en Redondo Beach (California).
A decenas de miles de millas sobre la Tierra, los tres miembros de la tripulación del Apollo 13 racionaron sus suministros y se refugiaron en el Aquarius. El LM, que sólo estaba pensado para acomodar a dos astronautas durante 36 horas (tiempo de duración de la misión sobre la superficie lunar), tuvo que mantener en ese momento a los tres astronautas durante más de 86 horas.
Los ingenieros se enfrentaron a la desalentadora tarea de descubrir cómo traer de vuelta a casa con la máxima seguridad a la tripulación, utilizando sólo el equipo con el que contaban a bordo de la nave espacial.
Los ingenieros idearon una solución, aprovechando el motor del LM para situar a la nave espacial en la trayectoria de retorno a la Tierra, así como aumentar su velocidad. Con un plan establecido, el equipo se puso a trabajar evitando el desastre y capturando la atención de toda la nación norteamericana, que sintonizó sus televisores para observar toda la cobertura del aterrizaje de rescate.
Al día siguiente, el presidente Richard Nixon entregó la Medalla Presidencial de la Libertad (Presidential Medal of Freedom) a los tres astronautas del Apollo 13 y al Equipo de Operaciones de Misión (Mission Operations Team). También envió una nota de agradecimiento al presidente de Grumman, Joe Gavin, en agradecimiento a todo su equipo por el compromiso en su trabajo.
El 5 de mayo de 1970, la tripulación del Apollo 13 visitó las instalaciones de Grumman, en Bethpage, y celebró su regreso a casa durante una ceremonia con miles de empleados.
«If we don’t do anything else, let’s get back up to Grumman and say ‘Thanks'», Jim Lovell.
La tripulación visitó al día siguiente a los ingenieros de TRW, en Space Park, para expresarles su agradecimiento en persona. «La única razón por la que estamos aquí hoy se debe al personal de tierra, muchos de ellos de TRW». Jim Lovell.
La misión Apollo 13, su tripulación y el equipo dirigido por la NASA demostraron un enorme ingenio y capacidad de resolución de problemas bajo una tremenda presión, lo que condujo al rescate de los astronautas y atrajo la atención de todo el mundo.
«Sabes que hubo mucho trabajo de equipo en tierra… pero con la misión del Apollo 13 hubo un breve momento en que todas las personas alrededor del mundo se unieron». Jack Swigert, miembro de la tripulación del Apollo 13.