
En 2022 la misión Double Asteroid Redirection Test (DART) de la NASA demostrará por primera vez a escala real la tecnología existente para el desvío de asteroides en defensa del planeta. La misión de la nave Hera de la ESA se lanzará dos años más tarde con el fin de estudiar Dimorphos tras el impacto de DART, además de a su asteroide anfitrión.
La luna menor del sistema de asteroides Didymos ha sido bautizado por la IAU como «Dimorphos«
La cara visible de la Luna con sus característicos cráteres son indicadores claros de la frecuencia de los impactos de asteroides en el Sistema Solar, y la Tierra no es inmune a ellos.
Según el Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, nuestro mundo supera los tres millones de cráteres con más de 1 km de diámetro producidos por asteroides, el mayor de ellos se extiende a lo largo de más de 300 km.
Se cree que el impacto de Tunguska (Siberia) en 1908, el mayor de los que se encuentran registrados en toda la historia, fue provocado por un objeto de entre 30 y 40 metros. La explosión de Chelyabinsk en 2013, cuya onda expansiva golpeó a seis ciudades en Rusia, puede haber sido causada por un asteroide de únicamente 20 metros de ancho.

La ESA ha estado estudiando durante casi 20 años la utilidad de las misiones espaciales para evaluar el riesgo provocado por los asteroides. Pequeños meteoritos chocan continuamente con la Tierra, la gran mayoría muy pequeños como para representar una amenaza para la vida, pero a pesar de que la probabilidad de un gran impacto es baja las posibles consecuencias para nuestra sociedad podrían ser muy graves.
Hoy en día disponemos de la tecnología para mitigar las amenazas que se pudieran producir pero nunca se han probado en condiciones reales. El diseño de una estrategia eficaz se basa en la comprensión de las propiedades físicas de estos objetos y su respuesta a una herramienta de defensa, pero por el momento esta información todavía es extremadamente pobre.
La mayoría de las técnicas que se han propuesto para evitar un impacto en la Tierra están relacionadas con la alteración de las trayectorias de asteroides en curso de colisión. De entre todas estas propuestas la que actualmente se considera más madura es el impactador cinético, porque se basa en tecnologías de naves espaciales ya existentes y tendría la capacidad de cambiar la órbita de un asteroide por colisión directa (a varios km/s).
Didymos

Julia de León, científica planetaria del Instituto de Astrofísica de Canarias en Tenerife y una de las responsables del Grupo de Trabajo de Observaciones Remotas de la misión Hera: “Estamos haciendo un gran esfuerzo por saber todo lo posible sobre Dimorphos antes del impacto de DART. Contar con un nombre hace que esta minúscula luna tan distante resulte más cercana y, en cierto modo, más real”.
Este sistema binario de asteroides, cuyo nombre Didymos significa “gemelo” en griego, tiene un cuerpo principal de unos 780 metros de ancho mientras que su luna menor apenas alcanza los 160 metros de diámetro (aproximadamente el tamaño de la gran pirámide de Egipto).
“Dimorphos significa ‘dos formas’ en griego”, Kleomenis Tsiganis, científico planetario de la Universidad Aristóteles de Tesalónica (Grecia) y miembro de los equipos DART y Hera, además de ser la persona que propuso el nombre. “Fue elegido pensando en que, en el futuro, será el primer cuerpo celeste cuya forma física será alterada intencionadamente por la intervención humana. Así nosotros lo conoceremos con dos formas distintas: la anterior al impacto y la que estudiará la nave Hera dos años después”.

Se espera que la colisión de DART sobre la superficie de Dimorphos desvíe su órbita alrededor de Didymos y provoque a su vez un importante cráter, que la misión Hera investigará después. El impacto propiamente dicho será registrado por el CubeSat italiano LICIACube, que DART desplegará varios días antes, mientras que los efectos a largo plazo se estudiarán con ayuda de telescopios espaciales y terrestres.
“Hasta ahora nos referíamos a esta luna menor con el nombre de Didymos-B o Didymoon, pero por fin el destino de nuestra misión tiene ya un nombre oficial confirmado por la IAU”, Ian Carnelly, responsable de Hera para la ESA.
“Es un pequeño paso más para ver el destino de nuestra misión como un lugar real, ya que por ahora los astrónomos de todo el mundo no tienen la posibilidad de observar más que un minúsculo punto en el firmamento, información a través de la que recaban todos los detalles prácticos posibles en previsión de las misiones DART y Hera. Estamos deseando ver de cerca cuál es su aspecto y empezar a planificar la investigación, que tendrá lugar durante al menos seis meses en 2027”.
La misión Hera también desplegará dos CubeSats para ocuparse de otras investigaciones adicionales, explica el científico de la misión Michael Kueppers: “El CubeSat Juventas será la primera nave de la historia en usar un radar de baja frecuencia para hacer un barrido del interior de un asteroide. Comprender esta estructura interior es un paso fundamental para interpretar correctamente el impacto de DART en Dimorphos”.
Cómo dar nombre a un sistema binario de asteroides

Didymos fue detectado por primera vez en 1996 por Joe Montani, del proyecto Spacewatch de la Universidad de Arizona (Estados Unidos). Al principio se creyó que era un único objeto y que no cumplía los criterios para recibir un nombre oficial, pues los observadores han de trazar una órbita uniforme y confirmar que el objeto no se perderá en el espacio antes de solicitar formalmente una designación.
Siete años después, en 2003, mientras Petr Pravec, astrónomo planetario del observatorio Ondřejov (República Checa), seguía el brillo del asteroide sin nombre, detectó un patrón que indicaba la posibilidad de que tuviera un satélite orbitando a su alrededor.
Como él mismo comenta: “Es emocionante que, 19 años después, el satélite del asteroide que descubrí, Didymos, vaya a ser el destino de la primera misión de demostración tecnológica de defensa planetaria. Al igual que el resto de mis colegas del Grupo de Trabajo de Observaciones Remotas de DART y Hera, estoy deseando contribuir al éxito de estas misiones con nuevas observaciones fotométricas del sistema binario”.
En la otra punta del mundo, Lance Benner, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de Pasadena, y Mike Nolan, también científico planetario, actualmente en la Universidad de Arizona, encontraron evidencias similares utilizando los radares de los observatorios de Arecibo y Goldstone. Al poner en común sus hallazgos vieron que ambos apuntaban a la existencia de un asteroide binario.

El trabajo de Pravec, Benner, Nolan y otros astrónomos bastaba para que el sistema binario fuera merecedor de un nombre, mientras que Montani (que lo descubrió inicialmente) tenía derecho a sugerir uno a la Unión Astronómica Internacional. Escogió “Didymos”.
Una vez éste fue elegido como destino para las misiones DART y Hera, el equipo decidió buscar otro nombre con el que también poder identificar a la luna de este asteroide, lo que ayudaría a distinguir el destino de la misión.

Poco más de un año antes al lanzamiento de DART, Rivkin y el equipo de observación de DART se unieron a Pravec, Benner y Nolan para hacer realidad el nombre propuesto por Tsiganis presentándolo primero al Centro de Planetas Menores (MPC), y después a la IAU para su aprobación definitiva.

Día del Asteroide
Este mes la ESA celebra el Día del Asteroide (concretamente el 30 de junio).
Reconocido por la ONU para concienciar al mundo sobre los mismos y su papel en la formación de nuestro sistema solar, también sirven para revelar otras incógnitas: cómo podemos utilizar sus recursos, cómo los asteroides pueden allanar el camino de la exploración futura y cómo podemos proteger nuestro planeta de su impacto.
Para obtener más información y consultar toda la programación del mes, visita asteroidday.org
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