Hace 56 años, Sikorsky y Okanagan Helicopters completaron con un S-61N el primer vuelo transatlántico con un helicóptero civil de la historia. Aquel ferry también estableció el hito de convertirse en el primer cruce del Atlántico realizado con una aeronave de ala rotatoria sin contar con ningún tipo de soporte externo.
El S-61N fue seleccionado para respaldar las operaciones Oil and Gas de Shell en el Reino Unido por una compañía conjunta formada por Okanagan y British European Airways (BEA) Helicopters, denominada International Helicopters Ltd. La decisión de atravesar en vuelo el Atlántico en lugar de enviarlo por transporte marítimo ahorró 26.000 dólares (unos 200.000 $ actuales), y puso al helicóptero y su tripulación en los libros de historia. La compañía conjunta también presentó los primeros Sikorsky S-61N para apoyar la exploración de petróleo y gas offshore en el Mar del Norte.
Okanagan y Sikorsky trabajaron juntos en la preparación del helicóptero para el ferry, desde el diseño de la ruta y asegurar un aumento en el peso bruto de 21.500 libras, hasta el montaje de un tanque de combustible de largo alcance en el interior de cabina que aumentaría los márgenes de seguridad durante la travesía. La tripulación del ferry canadiense estaba compuesta por veteranos de la Segunda Guerra Mundial, pertenecientes al operador Okanagan Helicopters y United Aircraft of Canada (UAC), los cuales acumulaban en conjunto más de 60 años de experiencia.
Así, en el S-61N volaron un total de cuatro personas, el piloto de Okanagan Thomas C. Scheer, el piloto de pruebas de UAC W. Ross Lennox, el ingeniero de mantenimiento de Okanagan Keith Rutledge y Thomas Harrison (representante de servicio senior de United Aircraft of Canada).
El Sikorsky S-61N, con matrícula CF-OKY, siguió una ruta de vuelo con varias escalas. Durante la misma, la tripulación tuvo que enfrentarse a condiciones meteorológicas muy duras en varios puntos, teniendo que atravesarlas en IMC.
Los cuatro tripulantes despegaron con el Sikorsky desde Longueuil, Quebec, el 14 de mayo de 1965, con rumbo al norte hasta la bahía de Frobisher, isla de Baffin (ahora Iqaluit, Nunavut, Canadá). Durante la etapa inicial tuvieron que enfrentarse a fuertes vientos y lluvia helada con techos bajos en el norte de Quebec, que obligaron a mantener al S-61N en tierra durante varios días en Knob Lake. La densa niebla retrasó la salida hacia Cape Dyer durante dos días más y, una vez en vuelo, el cielo se estaba cerrando cuando la tripulación encontró una pequeña ventana sobre una remota pista de aterrizaje, lo que les permitió tomar en mínimos, con condiciones de techo cero y visibilidad de 1/8 de milla.
El primer tramo del ferry sobre el mar cubrió un total de 260 nm desde Cape Dyer, a través del Davis Straight, hasta la Base Aérea de Sondrestrom (Groenlandia, 20 de mayo). Al día siguiente, el S-61N subió hasta los 11.000 ft para un recorrer una distancia de 350 nm sobre la enorme capa de hielo de Groenlandia hasta Kulusuk, en la montañosa costa este. La tripulación, ante la falta de referencias visuales sobre el vasto paisaje blanco, tuvo que volar realizando transiciones constantes a instrumental a pesar de tener cielos despejados.
La etapa más larga del vuelo ferry fue sobre océano abierto, desde Kulusuk a Reykjavik, a una distancia total de 404 millas náuticas. El Sikorsky S-61N voló sobre el hielo antes de llegar a las aguas abiertas del Atlántico. La navegación principal la realizaron a través de ADF de baja frecuencia y a estima, además de las señales proporcionadas por el radar de vigilancia aérea temprana de USAF sobre el Atlántico.
En Reykjavik, la tripulación fue recibida por reporteros de prensa escrita y radio que estaban siguiendo el hito histórico al que se estaban enfrentando. Tras la primera escala en Islandia, el helicóptero continuó con el ferry volando alrededor de la costa sur hasta Hoft, en la costa este, continuando a través del Atlántico hasta llegar a Vagar, en las Islas Feroe, concretamente el 27 de mayo y tras recorrer 255 nm. Al día siguiente, la tripulación voló 420 nm hasta Prestwick (Escocia), y desde allí hasta su destino final en la base de BEA Helicopters en el aeropuerto de Londres Gatwick, donde el CF-OKY fue entregado a International Helicopters el 29 de mayo.
La tripulación del Sikorsky S-61N voló un total de 37 horas y 11 minutos durante aquel vuelo transatlántico de hace 56 años, cubriendo una distancia total de 3.720 millas náuticas a una velocidad media de 100,2 kts. El vuelo ferry transcurrió sin incidentes, demostrando que los helicópteros civiles tenían capacidad para cruzar el Atlántico de forma segura y sin ningún tipo de escolta a través de aviones de ala fija. La ruta realizada por el CF-OKY se convirtió en un ferry que actualmente se mantiene en uso tanto por CHC como por otros operadores.
Hoy, el operador Okanagan Helicopters pertenece a CHC Group, y el fabricante Sikorsky a la compañía de Lockheed Martin.
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